La tensión entre China y Reino Unido no hace más que aumentar. Como si la crisis debido a la imposición de la nueva Ley de Seguridad Nacional en Hong Kong no fuera suficiente, el anuncio hecho ayer por el Gobierno de Boris Johnson del veto a Huawei en la red 5G británica ha echado más leña al fuego.

El embajador chino en el Reino Unido, Liu Xiaoming, calificó este miércoles de «decepcionante y equivocada» la decisión de prohibir a las empresas de telecomunicaciones británicas adquirir equipos de la multinacional asiática a partir del 2021, y cuya infraestructura tendrá que estar completamente fuera para el 2027.

«La decisión del Reino Unido sobre Huawei es decepcionante y equivocada. Ahora es cuestionable si el Reino Unido puede proporcionar un entorno de negocios abierto, justo y no discriminatorio para las empresas de otros países», declaró Xiaoming en un post en su cuenta de Twitter.

La reacción del embajador se suma a la del director de comunicaciones de Huawei en el Reino Unido, Ed Brewster, quien señaló en un programa de la BBC que el cambio radical del gobierno con respecto a la compañía China no se debe a una cuestión de seguridad, como justificó el Ejecutivo, sino debido a «las presiones de Estados Unidos».

«Creo que está claro que no se trata de un asunto de seguridad, sino comercial. Se trata de una campaña de Estados Unidos centrada en atacar nuestros negocios y en atacar la tecnología y esto se debe a que Estados Unidos va por detrás en tecnología», aseveró.

En enero, Johnson anunció que le permitiría al gigante chino operar en el país, aunque con restricciones. La noticia fue confirmada entonces por Victor Zhang, vicepresidente de la empresa en Londres, quien señaló en un comunicado que «Huawei corrobora la confirmación del gobierno del Reino Unido de que podemos seguir trabajando con nuestros clientes para mantener en marcha el lanzamiento del 5G».

El Gobierno británico aclaró, eso sí, que los llamados «proveedores de alto riesgo», como Huawei, quedarían fuera de las partes más sensibles de las red, pero autorizó a la compañía a suministrar los equipos necesarios para poner en marcha el 5G,

«como antenas y estaciones base», una posición que estaba en sintonía con la de otros países europeos y que ha cambiado por completo tras las nuevas sanciones de Estados Unidos impuestas en mayo. El secretario de medios, Oliver Dowden, dijo a los diputados que la empresa ya no es considerada segura, tras la última revisión del Centro Nacional de Seguridad Cibernética.

La decisión de Londres se produce tras meses de presiones de Washington, que ha situado a Huawei en el epicentro de la batalla contra China y que lo acusa de ser un instrumento de espionaje al servicio de Pekín, algo que ha sido desmentido en repetidas ocasiones por la compañía.