Lima, septiembre 02 de 2025.- La promesa de la computación cuántica deja de ser un discurso futurista y empieza a convertirse en una herramienta disponible. Con el lanzamiento del procesador Majorana 1, Microsoft busca dar el salto de la teoría a la práctica al incorporar esta tecnología a su nube Azure Quantum.
Hasta ahora, el gran reto había sido la inestabilidad de los qubits, las unidades que permiten a una computadora cuántica procesar información en múltiples estados de manera simultánea. La propuesta de Majorana 1 está en el uso de qubits topológicos, un diseño que reduce la vulnerabilidad a errores causados por vibraciones o fluctuaciones de temperatura, abriendo la puerta a cálculos más largos y confiables.
Un cambio que se sentirá sin verlo
La llegada de este procesador no significa que los usuarios tendrán un dispositivo cuántico en casa. El impacto se producirá de manera indirecta, al estar alojado en la nube y disponible para gobiernos, empresas y centros de investigación.
Los campos de aplicación son diversos:
Medicina, con la posibilidad de acelerar el descubrimiento de fármacos gracias a simulaciones moleculares complejas.
Medioambiente, mediante modelos climáticos más precisos para anticipar fenómenos extremos.
Movilidad urbana, con herramientas que ayuden a descongestionar ciudades mediante rutas optimizadas.
Ciberseguridad, reforzando la protección de datos con esquemas de encriptación prácticamente imposibles de vulnerar.
Mirada desde Latinoamérica
Para los especialistas, el avance no es solo tecnológico, sino también formativo. “Los profesionales deberán aprender a trabajar con plataformas que integren procesamiento cuántico desde la nube. Este cambio alcanzará también a desarrolladores y empresas de la región”, advierte Fernando Meléndez, docente y analista de sistemas de IDAT.
Un nuevo capítulo
Majorana 1 no es un dispositivo que el público pueda comprar, pero sí es un hito que marca el inicio de una etapa en la que la computación cuántica comienza a integrarse en los procesos productivos y científicos. Microsoft busca que esta tecnología deje de ser un experimento de laboratorio para convertirse en un recurso accesible, invisible al usuario común pero con efectos concretos en la vida cotidiana.