América Latina, junio 05 de 2022.- El mundo se ha enfrentado a una sucesión de enfermedades contagiosas que han dejado varios sectores desmoronados por los efectos de los prolongados confinamientos.

Si bien la Tierra se detuvo durante varios años debido a la pandemia de coronavirus, los efectos económicos y sociales han sido contundentes en los países que intentan salir de una recesión severa.

COVID-19 todavía está causando estragos, pero a una escala muy pequeña. Al mismo tiempo, en la misma pequeña escala, está surgiendo una nueva amenaza, la viruela del mono.

Se están haciendo preguntas sobre si la humanidad puede enfrentar una enfermedad amenazante nuevamente, y si los efectos leves de la recién llegada evolucionarán hasta volverse mortales como resultó ser la pandemia anterior.

Si bien la ciencia aún no puede responder a estas preguntas, la tecnología y, en particular, el análisis de big data ciertamente pueden ayudar a frenar el progreso de la amenaza.

El coronavirus ha sido mortal con millones de víctimas sucumbiendo al daño irreversible del pequeño virus. Sin embargo, ha permitido a los investigadores pasar por una curva de aprendizaje empinada. La gran cantidad de datos que se han recopilado ha contribuido al control preciso de la propagación.

Los investigadores han podido identificar zonas rojas, establecer un perfil preciso para las personas más vulnerables y administrar adecuadamente los recursos médicos para tener una respuesta adecuada. Con este fin, ¿se pueden usar de manera proactiva las prácticas aprendidas durante la pandemia de coronavirus para combatir el brote de la Viruela del Mono.?

Lo que aprendimos de la experiencia del coronavirus

La experiencia del coronavirus fue una en la que todos experimentaron y aprendieron. La tecnología ha sido notablemente la mano más importante en la gestión de la pandemia, sin la cual los efectos probablemente habrían sido más consecuentes.

Inteligencia artificial al rescate

Los datos recopilados durante este período han sido significativamente grandes, mucho más allá de la capacidad analítica de los investigadores. Los algoritmos de inteligencia artificial (IA) fueron las únicas herramientas posibles para sacar conclusiones plausibles sobre los datos recopilados.

La IA permitió a los científicos predecir la propagación de la enfermedad después de cruzar las fronteras chinas. Las predicciones fueron aún más perspicaces ya que se hicieron predicciones sobre el número diario esperado de casos, el pico de una ola determinada y las posibles fechas para las próximas oleadas.

La IA también ha constituido una importante herramienta de asistencia en el diagnóstico médico, como la detección de síntomas de COVID a partir de tomografías computarizadas y radiografías. La IA también se ha utilizado para brindar atención remota a los pacientes mediante robots automatizados para reducir las interacciones humanas cercanas.

Otro uso ético de la IA se relaciona con la detección de noticias falsas en línea.

La pandemia estuvo acompañada de la difusión de noticias médicas falsificadas y rumores que inquietaron fuertemente a la opinión pública en general. Se han desarrollado teorías de conspiración, planes de tratamiento médico erróneos y prácticas higiénicas erróneas.

Las grandes empresas de redes sociales se asociaron con organizaciones internacionales de salud para reducir esta infodemia y se basaron en poderosos algoritmos de IA para rastrear las fuentes de información y cerrarlas.

Blockchain como una tecnología disruptiva

Blockchain es otra herramienta extremadamente útil que se ha empleado durante la pandemia. Esta tecnología que marcó el nacimiento de las criptomonedas ha sido muy útil para la industria de la salud.

Este libro mayor distribuido seguro y confiable se puede utilizar para realizar un seguimiento de los casos médicos, el tratamiento y la gestión. Más importante aún, la cadena de suministro de las instituciones de atención médica se puede monitorear para detectar cualquier posible escasez y actuar en consecuencia.

El auge de los servicios de telesalud

Las aplicaciones de telesalud también florecieron durante la pandemia. Los largos períodos de confinamiento y la necesidad de reducir el contacto humano ha obligado a utilizar técnicas novedosas para monitorear la evolución de los pacientes con COVID.

Las soluciones de telesalud han sido la técnica de elección para lograr estas tareas. Los médicos y cuidadores han podido realizar un seguimiento del estado médico de sus pacientes, tomando decisiones rápidas cuando sea necesario.

El surgimiento de nuevas prácticas

Este período oscuro ha visto el rápido desarrollo de técnicas que anteriormente se usaban para aplicaciones limitadas. La impresión 3D es una de esas técnicas que se empleó mucho para producir máscaras faciales, equipos de protección y acelerar el diseño y la producción de ventiladores. Estos tres componentes fueron cruciales en la lucha contra la pandemia.

¿Se pueden aplicar los conocimientos adquiridos para combatir el brote de viruela del mono?

La viruela del mono ciertamente no está en la misma categoría que el coronavirus en el sentido de que pertenecen a dos clases separadas de virus. La viruela del mono pertenece a la familia de los ortopoxvirus, mientras que la otra pertenece a la familia del coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2).

Los síntomas de la infección son algo diferentes, siendo las erupciones y los ganglios linfáticos inflamados las características más destacadas de los pacientes con Monkeypox, mientras que los pacientes con COVID normalmente tienen síntomas más agudos, especialmente de naturaleza respiratoria. Sin embargo, lo que hemos aprendido es que las diferentes cepas tienen efectos muy diferentes y las mutaciones son causas importantes de preocupación.

Los conocimientos tecnológicos adquiridos durante la prolongada pandemia deben utilizarse de manera imperativa para prevenir una nueva. Subestimar los síntomas de la Viruela del Mono o confiar en su baja transmisibilidad no es un pretexto para ignorar la gravedad del problema.

Como se ha demostrado con el coronavirus, los confinamientos y bloqueos no son los mejores métodos para enfrentar el problema, especialmente cuando se hacen de manera poco metódica. La predicción proactiva de la propagación de la enfermedad y la asignación anticipada de los recursos necesarios es de suma importancia.

Comprender adecuadamente los mecanismos de transmisión e identificar a los grupos vulnerables es un paso crucial para limitar su progreso. Finalmente, desarrollar vacunas, medicamentos y otros equipos médicos eficientes es la última línea de defensa para limitar el número de víctimas.

La tecnología y, en particular, la ciencia de datos y la inteligencia artificial pueden ayudar significativamente a lograr los objetivos antes mencionados. Hasta el final, los científicos deben partir de los últimos descubrimientos de la pandemia anterior y utilizarlos, modificarlos y actualizarlos para abordar el nuevo desafío.

Resumen

Si bien la población de la Tierra aún no se ha despertado de los efectos devastadores de la pandemia de coronavirus, se está preparando para enfrentar otra enfermedad contagiosa amenazante, la viruela del mono. La situación es sin duda una fuente de desesperación para muchos, pero los avances tecnológicos brindan un soplo de esperanza.

Cuando las tecnologías acudieron al rescate para combatir el coronavirus, principalmente utilizando inteligencia artificial, la pandemia se contuvo de mejor manera ya que lo impredecible pronto se volvió mucho más predecible, se compensaron las carencias y se modificaron los procedimientos con una mejor comprensión de la enfermedad.

La sucesión de dos contagios no es necesariamente mala, ya que el escaso recuerdo de los efectos del coronavirus hará que abordemos el nuevo desafío con más seriedad, en particular utilizando la tecnología como principal arma de defensa. La riqueza del conocimiento desarrollado con la pandemia sin duda facilitará la lucha contra el nuevo brote de la Viruela del Mono.

Fuente: Con Información de Inside Telecom