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La Web 3.0 ya recorre el mundo cibernético

América Latina, enero 27 de 2022.- Muchos señalan que la Web 3.0 es un termino de moda, otros argumentan que está permitiendo a las empresas de tecnología vender productos actualizados, que al final es lo mismo, en líneas generales no existe una definición oficial para Web 3, solo una colección de parámetros que clasifica sus cualidades, funciones y componentes generales.

Sin embargo, en lo que la mayoría parece estar de acuerdo es en el control descentralizado de los activos, el contenido y el espacio digitales.

Algunos precisan que es el futuro de internet, pero queda mucho por ver. Los avances tecnológicos que recientemente están saliendo a la luz se están transformando rápidamente en nuevas formas emocionantes y, a veces, caóticas y arbitrarias, todas juntas formando lo que llamamos la tercera generación de Internet, la Web 3.0.

Para comprender en qué se diferencia de iteraciones anteriores de Internet, tenemos que definir brevemente a los predecesores de la Web 3.0.

Web 1.0: la red original

Web 1.0 puede describirse como la primera versión útil de Internet que conocemos hoy. Prácticamente una gran Wikipedia enlazada.

Las personas usan la web únicamente para el consumo de contenido, con un contenido muy limitado proveniente de una fuente centralizada, el propietario del sitio web. En otras palabras, la única interacción con este tipo de Internet fue de una manera.

Siendo sus aplicaciones más comunes el correo electrónico y la recuperación de noticias en tiempo real, el contenido producido fue elaborado por las empresas que albergaban las páginas web, lo que convirtió a la Web 1 en un flujo de información unidireccional.

Web 2.0: la era de la interactividad en Internet

La Web 2.0 se puede definir por su sistema de intercambio de datos bidireccional, que encabeza Internet en lo que conocemos hoy.

Los sitios web se volvieron más ricos, más dinámicos, interactivos y complejos que antes, pero lo que es más importante, los usuarios podían generar y compartir su contenido. Aquí es donde Internet se convirtió en una calle de doble sentido, en la que los usuarios crean y publican contenido, mientras que los propietarios de la plataforma toman y almacenan sus datos tanto para mejorar sus servicios como para monetizar.

Como todos sabemos en este punto, el control de datos centralizado puede ser preocupante cuando pensamos en los gigantes de Big Tech de hoy, como Google y Meta, que aprovechan este hecho para construir sus imperios digitales globales.

Con eso en mente, muchos comenzaron a buscar una Internet más descentralizada para moverse.

Ingrese a la Web 3.0: esencialmente, una Internet descentralizada basada en Blockchain, Web 3 sigue siendo un término elusivo y vago.

Aún así, se puede denominar con confianza como una red o redes de igual a igual que eluden la necesidad de un tercero, como Google, Facebook, Twitter, etc., para el gobierno y la propiedad del contenido y otros activos digitales. No se basa en servidores centralizados para transmitir información y registrar transacciones, por lo que se vuelve inherentemente sin permiso en su núcleo, por así decirlo.

A medida que nos adentramos en un mundo impulsado por lo digital, tener tan poco control sobre nuestros datos será mucho menos atractivo y más oneroso. Un ecosistema web 3.0 permitiría a los usuarios tener más control sobre sus transacciones financieras porque cada cadena de bloques puede tener sus propias reglas. También permite a los usuarios tener cierto grado de control de la propia red web, es decir, prueba de participación.

Representación y descripción de la red Ethereum, las imágenes muestran para qué se utilizará Ethereum

En este método en la aplicación Web3, la infraestructura de back-end está inherentemente descentralizada a través de nodos que mantienen la red blockchain. La ventaja es que si uno de estos nodos se cae o es hackeado, el sistema continúa, evitando una situación de apagón masivo.

Compare eso con los bloqueos y apagones de servidores demasiado comunes que ocurren de vez en cuando, que a veces duran unas pocas horas a la vez. Las personas que tienen un trabajo esencial en esas aplicaciones se quedan sin otra opción que esperar a que los servidores comiencen a funcionar nuevamente.

En una red verdaderamente descentralizada, no necesita confiar su información a ninguna persona o empresa, sino a todo el sistema.

La disparidad entre Web2 y Web3

Para ilustrar la diferencia entre una aplicación Web 2 y Web 3, echemos un vistazo a cualquier sitio de redes sociales.

El propietario del sitio puede censurar cualquier cosa que publique allí porque, por ley, es su sitio. En comparación, un sitio web3 es copropiedad de los desarrolladores y las partes interesadas, ya que el usuario ha puesto una participación en la cadena de bloques y, por lo tanto, no es censurable a menos que haya un 51 por ciento de votos en contrario.

El propietario del sitio tiene derecho a impedir las compras o hacer cumplir las tarifas del servicio. Al mismo tiempo, las tarifas de gas son la plaga de las aplicaciones Web 3 y las redes blockchain .

Los sistemas centralizados se caen y tardan mucho en iniciarse, mientras que un sistema descentralizado seguirá funcionando mientras existan los bloqueos para hacerlo.

Por supuesto, esto no significa que todas las aplicaciones deban descentralizarse.

Muchos de los Web 3 actuales tienen componentes centralizados y utilizan sistemas centralizados para ejecutar sus aplicaciones. Pero esto está demostrando ser algo bueno hasta ahora, al menos en lo que respecta a la seguridad.

El robo y el fraude han sido obstáculos constantes en el comercio y la inversión en criptomonedas y tokens no fungibles (NFT) para comerciantes y creadores por igual. Sin embargo, los sitios bien establecidos como Open Sea han logrado mantener un control estricto cuando se trata de responder a los ataques y recuperar los activos de sus usuarios antes de que desaparezcan para siempre.

El uso de un sistema de seguridad centralizado por parte de OpenSea permite respuestas rápidas, oportunas y precisas a una amenaza, una vía que un Internet totalmente basado en blockchain podría no ser capaz de igualar a la misma escala, dicen algunos críticos.

Web 3 sigue siendo, a los ojos de muchos, y especialmente de las generaciones más jóvenes, el siguiente paso evolutivo en la historia de Internet. Queda mucho por ver para cuando la exageración disminuya y los productos Web 3 realmente pulidos se conviertan en la corriente principal.

El aspecto descentralizado de la Web 3.0 también sería muy atractivo para quienes trabajan en la industria creativa y las redes sociales. Los creadores de contenido de YouTube han lamentado durante mucho tiempo cómo el algoritmo todopoderoso y omnisciente de la plataforma puede poner patas arriba sus carreras ante cualquier cambio dado en el backend.

Un pequeño cambio en el algoritmo, una actualización de la ley de derechos de autor o cualquier modificación en la plataforma que vea su tráfico repentinamente reducido por shadow-ban o desmonetizaciones o su contenido prohibido por completo. La libertad de tales infracciones parece cada vez más atractiva a medida que vemos más personas que quieren asegurarse de que sus empresas digitales, sus derechos de autor y su contenido sean solo suyos.

Sin embargo, es una simple exageración suponer que las redes descentralizadas están libres de corrupción. De hecho, lo que estamos viendo hoy es posiblemente peor.

La captura de efectivo de DogeCoin de Elon Musk fue obvia. Todo lo que tenía que hacer para multiplicar sus ganancias era publicar un Tweet; luego DogeCoin se disparó en valor. Todo lo que tiene que hacer una parte interesada es vender sus ganancias, y son oro.

Otro ejemplo sería manipular el valor de mercado de Cyberpunk NFT, que sigue siendo ampliamente desconocido para aquellos que cayeron en el esquema, y ​​aquellos que participaron (grandes influenciadores que no serán nombrados) cosecharon los beneficios.

Se agrega una nueva dimensión a Internet en su conjunto: la dimensión del autogobierno. Actualmente, los desarrolladores están utilizando una combinación saludable de tecnologías Web 2 y Web 3 para crear las primeras iteraciones de aplicaciones descentralizadas. Ha llegado el momento de que los empresarios e innovadores apuesten por un nuevo mundo digital.
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